Se da con mayor frecuencia en hombres mayores, pero como pasa con el resto de cánceres un diagnóstico precoz es el mejor aliado para aumentar las perspectivas de curación.
Se desarrolla en la próstata cuando algunas células prostáticas mutan y comienzan a multiplicarse descontroladamente, aunque hay que decir que la mayoría crecen muy lentamente, predomina en la periferia de la próstata. La incidencia aumenta después de los 50 años, es a los 65 cuando se presentan los casos más severos.
FACTORES DE RIESGO:
Entre ellos destacan la edad,ya que al aumentar la edad aumenta la probabilidad de padecerlo, después de los 50 años habitualmente, también la dieta, la inactividad física, la obesidad (índice de masa corporal superior a 29kg/m2), antecedentes familiares y el tabaco.
SÍNTOMAS:
Es bueno saber que muchos de los hombres que desarrollan esta enfermedad no padecen síntomas ni son sometidos a terapia.
Según crece el tumor pueden notarse ciertos síntomas como la dificultad con comenzar o terminar de orinar, incluso la incapacidad para orinar, la presencia de sangre en la orina, la micción dolorosa o con ardor, la eyaculación dolorosa y la necesidad de orinar varias veces durante la noche y poca cantidad de cada vez.
DIAGNÓSTICO:
La consulta a un especialista se hace necesaria para el diagnóstico. El examen médico comprende:
- Tacto rectal: inserción de un dedo enguantado por el recto para palpar la superficie de la próstata a través de la pared del intestino.
- Antígeno específico de próstata: esta es una proteína producida en la próstata y es importante para el diagnóstico de esta enfermedad dado que cuando se elevan los niveles de esta proteína, el cáncer está presente.
- Biopsia.
- Ecografía transrectal.
TRATAMIENTO:
Hay que tener en cuenta la etapa de la enfermedad y la edad del individuo, porque como sabemos, cada persona es un mundo, y a cada persona se le debe dar un tratamiento individualizado. El tratamiento consta de:
- Cirugía: prostatectomía radical
- Radioterapia.
- Quimioterapia.
- Terapia Hormonal.
- Tratamiento paliativo: ya que también hay que tener en cuenta el dolor, entre otros síntomas y la calidad de vida del paciente. Se puede realizar con analgésicos, bifosfonatos y esteroides.